Alicia G.
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La experiencia con Alberto, el carpintero de esta empresa ha sido horrible.
Pedimos la renovación de un armario empotrado con puerta corredera. Dicho trabajo consistía en lijar, empapelar, pintar algunas zonas, añadir unos cajones que había que hacer y estantes, un zapatero, además de una percha pantalonera. El trabajo era por horas y se las pagamos por adelantado.
Aportamos parte del material. No supo calcular la cantidad de madera que necesitaba lo que conllevó retrasos. Entendemos que es un trabajo por horas, pero cuando ha venido a hacer esas horas el trabajo, o no avanzaba, o hacía más fallos que avances.
Nos aseguró que el pasado sábado 16 de septiembre (habiendo empezado el día 4 o 5 de septiembre) estaría terminado y ni en broma. Del sábado 16 pasó al lunes 18, el lunes ni se presentó. Tampoco nos avisó, lo cual habría sido normal. Mi hermana trataba de ponerse en contacto y no respondía.
Ese mismo martes tenía que venir a las 11 y al final vino a las dos de la tarde, a saber por qué. Cortó aquí las maderas, las que supuestamente iba a cortar en su casa, y me repito: MAL. 5 horas de trabajo PARA NADA.
Los cajones están HORRIBLES pues están mal medidos y mal cortados. La madera es de aglomerado con contrachapado. Al cortarlo mal, con una herramienta que no es la adecuada, el contrachapado ha quedado dentado y desconchado en los costados. Lo ha cortado sin buena sujeción, lo que ha provocado zonas desiguales y curvas que hacen que la madera no encaje. Un cajon han intentado "arreglarlo" con masilla, pero la madera no puede estar más maltratada, los tornillos mal metidos, y los bordes rotos.
A los cajones se olvidó de hacerle los huecos a los frontales para poder abrirlos y cerrarlos. Algunos o no encajan o puedes meter los dedos a los lados. UNA CHAPUZA, con todas las letras. No podemos ponerles tiradores por eso mi hermana le dijo lo de los huecos para poder abrirlos, tal y como tenían los cajones que se quitaron antes de la reforma.
Mi madre llamó al carpintero para pedir explicaciones y tras una breve discusión por que la frustración ya nos podía. El carpintero nos echaba la culpa porque el armario era muy viejo. Como si el estado del armario tuviese culpa de que él no sabe medir, no sabe cortar y no sabe ni poner un papel sin dejarlo lleno de arrugas o desgarrones. Antes teníamos un armario viejo, pero podíamos usarlo. Ahora tenemos un armario mal empapelado, sin estanterías, sin cajones y que NO podemos usar.
Al día siguiente vinieron tanto Alberto (el carpintero) como Alejandro (dueño de la empresa), este se mostró bastante comprensivo e incluso nos pidió disculpas, en mi opinion considero que sintió hasta vergüenza de lo que estaba viendo. Alberto por su parte tuvo una actitud desafiante y soberbia.
A las maderas mal cortadas respondió que si yo "consideraba que ese espacio (la habitación) era el idóneo para cortarlas", me repito, Alberto. No es mi problema, si no puedes cortarlas de forma decente en el lugar de la obra, te lo llevas a tu taller, como haría cualquier carpintero. Y las cortas BIEN, rectas y no el despropósito que has hecho.
Si rompes una madera te haces responsable y, o compras otra, o lo arreglas, no lo escondes con masilla y encima nos dices "¿Es que a ti nunca se te ha torcido un tornillo al clavarlo?". Claro que sí, la diferencia es que yo no soy profesional y no cobro por ello, si lo hago yo, EN MI CASA, es MI CASA. Tu estas trabajando, asalariado, y si, tiene que quedar perfecto.
Conclusión: si no estás seguro de poder hacer un trabajo en condiciones o de poder realizar lo que se te pide al 100% y acabar en los plazos que prometes (o al menos sin TANTO retraso y excusa), NO aceptes el trabajo. La decepción de mi hermana que tenía mucha ilusión en este proyecto es monumental.
Igual debería haber venido con tiempo y calma y no a hacer las cosas rápido y mal.
Aceptamos las disculpas de Alejandro y lamentamos haber llegado a este extremo. Pero sobre todo lamentamos la CHAPUZA que nos ha dejado Alberto, y no recomendamos sus servicios de carpintería.